Lengua 1ero 1era (García) Ejercicio de escritura. Sujeto y Predicado.

Agrandar el Sujeto y el Predicado.

Una oración sencilla puede engordar hasta convertirse en una gran oración o un pequeño relato.

Por ejemplo: El dragón atacó la ciudad.

 Un lector curioso podría hacer crecer fácilmente el sujeto de esa oración, imaginando de dónde es el dragón, cómo es, cómo se llama, cuál es su historia...de este modo:

El dragón Cienfuegos, el que destruyó la ciudad de Tlon, hijo del temible Fierabrás, que vive en el corazón del volcán Eructrón y tiene el cuerpo cubierto de escamas brillantes como esmeraldas y un aliento capaz de secar bosques y petrificar el ganado, atacó la ciudad.

Pero como nos quedó una oración con cabeza de gigante y cuerpo de gnomo, podemos ahora hacer crecer el predicado, para equilibrarla. Podríamos formularle al predicado las siguientes preguntas (y responderlas, claro): ¿cómo fue el ataque?, ¿cuándo?, ¿desde dónde?, ¿por qué atacó?, ¿qué efectos produjo el ataque?:

El dragón Cienfuegos, el que destruyó la ciudad de Tlon, hijo del temible Fierabrás, que vive en el corazón del volcán Eructrón y tiene el cuerpo cubierto de escamas brillantes como esmeraldas y un aliento capaz de secar bosques y petrificar el ganado, atacó la ciudad desde el norte, sorpresivamente, al caer la noche, asolando los campos, arrancando los árboles de raíz, incenciando las chozas de madera y los techos de paja, y convirtió la región en un páramo desolado.

Consigna:  Hacé crecer las siguientes oraciones, engordando primero el sujeto y después el predicado:

El dinosaurio estaba allí.                                                              Ulises emprendió el viaje.